Las pymes enfrentan el desafío de ser sostenibles en el año 2024, especialmente en Chile, donde el 42,8% de las empresas ha sufrido impactos negativos debido a fenómenos meteorológicos en los últimos 7 años.
La sostenibilidad económica se vuelve cada vez más relevante, como lo revela un estudio de CORFO que muestra que más del 50% de las empresas chilenas han tomado medidas de adaptación al cambio climático en ese mismo período. Este enfoque se refleja en la necesidad de generar valor ambiental, social y económico a largo plazo, además de la rentabilidad financiera.
Las pymes pueden adoptar diversas medidas para avanzar hacia la sostenibilidad en el 2024. Recomendaciones internacionales sugieren que la adopción de tecnología puede ser clave para mejorar la productividad y hacer que las empresas operen de manera más sostenible. Sin embargo, las empresas chilenas enfrentan desafíos en la adopción de tecnologías debido a la baja capacidad de absorción. Aumentar la eficiencia en el uso del agua, incorporar energía fotovoltaica y utilizar soluciones tecnológicas para medir y reducir la huella de carbono son algunas acciones recomendadas.
Para Manuel Hidalgo, director de la Red de Asistencia Digital Fortalece Pyme La Araucanía, la sostenibilidad no es un estado binario, sino un proceso continuo que implica la incorporación de prácticas recurrentes en las organizaciones. No existe un área o tipo de pyme con un mayor futuro en cuanto a sostenibilidad, sino que depende del compromiso de los empresarios para adaptarse a los cambios sociales y ambientales sin descuidar la rentabilidad financiera. La digitalización puede ser una herramienta clave para implementar tecnología que reduzca costos y aumente la eficiencia, pero se necesita una política pública que incentive la inversión en sostenibilidad.
